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America

Mendoza, la capital del vino Argentino

De vuelta hacia la plana de Mendoza, situada, ésta, a unos setecientos metros de altura y dejando atrás el Puente de Inca y sus aguas medicinales que recorren mansamente por el lugar, se llega a las cercanías de la capital mendozina donde la viña da color al campo y perfume a la uva que más tarde, una vez realizada la correspondiente fermentación, se convertirá en vino de perfil moderno, complejo y para conquistar a los enófilos enamorados de los sabores del Nuevo Mundo.

La variedad de uva Malbec, negra, y que en esta zona de Mendoza se ha asentado al terruño mejor que en cualquier otro punto del panorama mundial, conjuntamente con la Cabernet Sauvignon, la Merlot, el Syrah, la Chardonnay, la Sauvignon Blanc, y la Torrontés, son los pilares más importantes de la industria vinatera argentina, y donde los colonizadores españoles la introdujeron hace siglos intuyendo que la tierra, el clima semi-desértico y el efecto térmico regulador que viene dado por la pre-cordillera andina contrastando las temperaturas del día y la noche hasta unos 14 grados, confieren unos productos vinateros únicos, que han sorprendido a medio mundo. Por este motivo la ciudad de Mendoza ha sido incluída dentro de las 8 Capitales Mundiales del Vino (Great Wine Capitals), y el año próximo la asamblea internacional de este estamento se celebrará en esta capital, como un acto institución de bienvenida al club de los selectos, donde el enoturismo se está volviendo muy popular.

De la importancia que tiene la zona para el cultivo de la viña se dio cuenta hace mucho tiempo la empresa catalana Codorníu, que el año 1999 adquirió 306 hectáreas de terreno, de las cuales 150 están plantadas en las variedades clásicas y la Tempranillo, importada de nuestro país. La bodega lleva el nombre de Séptima, que significa el séptimo proyecto puesto en marcha por el grupo catalán. Los prestigiosos arquitectos argentinos Eliana Bórmida y Manoyandión diseñaron la impresionante bodega construída con la técnica de los aborígenes Pircea, que consiste en piedras del lugar colocadas estratégicamente una encima de la otra. Con el óxido de estas piedras, mezclado con pintura, configuraron el color de ésta, donde la madera quebracho cobrado, el hierro y la propia piedra sustentan su estructura.

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